VIDA DE LA PALABRA De todo el mes de agosto
Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando
de practicar la Palabra de Vida de agosto («Vivid en el
amor», (Ef 5, 2) y la de julio («Tened valor: yo he vencido al mundo», Jn 16, 33):
1.- La Mariápolis en Astorga resultó preciosa para las casi 900 personas
de toda España que participamos, sintiéndonos todos casi desde el principio,
como una familia, a cuyo clima de confianza-alegría se iban incorporando
incluso la gente de los hostales, residencias y hoteles donde nos alojábamos.
“Caminos que se encuentran…” era el lema. Y cada día profundizando en algo:
encuentro con Dios, con los hermanos, con las necesidades de nuestro mundo…
Experiencias
sencillas y fuertes llegaron al alma, además de temas y meditaciones breves e
incisivos. Todos pendientes de todos.
desde entonces: “¿Qué podrá saciar el corazón, la sed sin fin? Sed, sed de inmensidad; yo vivo lo sé, para alcanzarla”. Y un ejemplo que allí se contó: Kintsugi es una antigua técnica japonesa mediante la cual se reparan objetos de cerámica, (no los tiran, como nosotros, que al máximo los pegamos como podemos), con un barniz de resina del árbol de la laca rociado con polvo de oro. Preciosa parábola de Jesús Abandonado: la unidad recompuesta da más valor, valor de oro; las grietas quedan doradas. La unidad que Él ha hecho con nosotros y la que, por Él, nosotros podemos componer con los demás.
2.- Las vacaciones con el grupito de sacerdotes, muy bien. Muy distintos
de lugares y procedencia, pero todos queriendo tener a “Jesús en medio” por el
amor recíproco en las distintas cosas de cada día, y queriendo hacer realidad
el “vivid en el amor” de la PdV del
mes.
Así, Jesús ha
sido nuestro descanso, también en los pequeños detalles de todos con cada uno.
Un día, mientras recogíamos la mesa después de comer, vi que la lavadora había
acabado y estaba sin tender la ropa; esa vez no había nada mío; la tentación:
“a ver si se da cuenta otro y la tiende”; lo realicé yo a las 4 de la tarde con
sol de justicia, pero muy contento, charlando amigablemente, además, a través
de la ventana, como alegres hermanos, con otro que estaba terminando de fregar
los platos. Otro día, uno se quedó preparando la comida para todos; al volver
los demás, alguien había cerrado la verja de la finca: 2.30 de la tarde, calor
sofocante. En seguida me ofrecí a saltar la valla (¡qué vergüenza!: todos los
coches pitaban desde la carretera, quizá pensando que era un ladrón) y caminé rápido
al sol el kilómetro que nos separaba de la casita para volver luego con la
llave y que pudieran entrar todos.
3.- Para el viaje a Loppiano, yendo a Barajas nos pilló un atasco
tremendo. Yo temía que podríamos perder el vuelo. Traté de no impacientarme, también
para que los demás no se pusieran nerviosos. Pero el tiempo pasaba; rezamos
laudes en el coche, eso me ayudó. Pero se me iba haciendo un nudo en el
estómago. “¿Qué importa? ¡Amar importa!”,
nos recuerda la Palabra, aunque los 4 perdamos el avión. Confiar en el Señor;
si Él quiere que viajemos… Y si no, ¡santa paz! ¡¡Pero… nudo en mi estómago!!
Al
final llegamos con el tiempo extra-justo y en ese momento se oye: “el vuelo… sufrirá retraso de hora y media”.
¡Vaya broma! Le sonreí al Señor. Era como si Él me dijese a través de los
altavoces de todo el aeropuerto: “¡hombre
de poca fe!; ¿pero no has experimentado ya que estoy con vosotros también otras
veces?”.
En
Loppiano, precioso. El Santuario María “Theotokos” (=Madre de Dios), quiere
representar a María que nos acoge bajo su manto, y como si emprendiera vuelo a
punto de despegar hacia la Trinidad. Así me sentía, no sólo
en la iglesia, sino en todos los ambientes durante esos días), junto con los otros 150 sacerdotes de 20 países, más los casi 800 habitantes de allí, más 150 adolescentes que tenían una “escuela” de 15 días. Y María, da a Jesús. Y nosotros, teniendo por el amor recíproco a Jesús en medio, también lo recibíamos de Ella y lo dábamos.
en la iglesia, sino en todos los ambientes durante esos días), junto con los otros 150 sacerdotes de 20 países, más los casi 800 habitantes de allí, más 150 adolescentes que tenían una “escuela” de 15 días. Y María, da a Jesús. Y nosotros, teniendo por el amor recíproco a Jesús en medio, también lo recibíamos de Ella y lo dábamos.
4.- El último día allí, noticia de que en el hospital
de nuestro pueblo acaban de ingresar a mi padre, (que por poco “se queda” en la
ambulancia; y, a la mañana, siguiente, otro momento difícil, por lo que todos
los hermanos nos pusimos en camino hacia allí, aunque ya teníamos pensando ir).
Momentos de confianza en el Señor y de cobijarnos bajo María. Situación ya
irreversible, aunque cuestión de días o de meses. Decisiones que tomar entre
los 5, amor que derrochar entre nosotros y hacia nuestros padres.
El domingo,
celebramos la Misa en su habitación del hospital con gran emoción; como él no
puede comulgar, unos instantes antes de hacerlo nosotros, le puse unos segundos
el cáliz con el Stmo. en su pecho y le dije que hiciera una comunión
espiritual. Al día siguiente, en uno de los ratos menos malos, él canturreaba,
así que, nos pusimos a rezar laudes: se unió al canto “Alegre la mañana que nos habla de Ti…” y se “enganchaba” a los
salmos o a finalizar el gloria. Pero hay otros ratos que los pasa malísimos.
Esta
mañana a las 6.30 me vine después de darle un beso.
Me acordaba que hace 10 días, cuando estuve la
otra vez, poco antes de despedirme, mi madre se quiso confesar conmigo, (como
siempre, aunque a mí siempre me da mucho reparo), y se lo dijo a él, que
también se confesó con su hijo: “chico,
¡vas por delante preguntándome!”, fue lo poco que pudo él decir. Al darle
la absolución, le di un abrazo “muy apretado” en el que me emocioné, sin pensar
que pudiera ser de los últimos, y él como pudo, me dio un par de palmaditas.
Rezad
mucho por él en estos días cruciales. ¡Gracias a todos y cada uno de los que
leáis esto!
Algunas de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la vida diaria la Palabra de agosto («Vivid en el
amor», (Ef 5, 2), la Palabra de vida de julio («Tened valor: yo he vencido al mundo», Jn 16, 33) y la de junio («Marta,
Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria», Lc
10, 41-42):
1.- “…gracias, Paco, por todas las noticias que
siempre tan puntualmente nos cuentas. Al leer los testimonios, especialmente la
de "Marta, Marta...", me acordaba que para intentar vivirla más
personalmente le cambié el nombre y le puse el mío a la frase, para que me
interpelara más "en serio"; no quedaba igual de evangélico, pero se
parecía... y entonces me centraba un poquito (hasta que se me pasaba y tenía
que volver recordarlo, jeje...).
También lo que cuentas de tu
padre y lo que en una experiencia explican otros, yo lo viví con mi madre, un
año en nuestra casa, con silla de ruedas, totalmente dependiente... Ahora, con
perspectiva (acabamos de celebrar su segundo aniversario en el Cielo), lo veo
como un momento de Gracia especial, a pesar del cansancio que a ratos suponía,
pérdida de intimidad (cuidadoras que iban y venían, médicos, etc...), y cómo
nos sirvió para crecer como familia. Con seis hijos varones que tuvo mi madre,
ninguno acabó sacerdote, como le hubiera gustado a ella... pero en su funeral,
al que solo avisamos al párroco del barrio, vinieron y lo concelebraron un
obispo y seis sacerdotes!!!! Todo un signo, la verdad…”
2.- “…ya he leído tu experiencia…
Yo también trato de atesorar todo lo que Él me envía momento por momento; de mi
contractura cervical voy mejorando lentamente, sigo yendo a fisioterapia... el
decirle "úsame" tiene su “peligro”, pero es mi aportación al “ut omnes”.
Experiencias
para vivir no me faltan; cada fin de mes me entra la impaciencia porque no
llega el power point de la Palabra de
vida en italiano para que yo lo rehaga en español, pero el “pacto de
misericordia” es primordial y trato de vivirlo especialmente la última semana
de cada mes; así pues, no juzgar, no criticar, ver a cada persona con ojos
nuevos cada día que veo no llega el correo y estar en el momento presente con
todo mi ser.”
2b.- “…Por
nuestra casa de veraneo ya pasó el primer grupo de familia: experiencia dura,
tuvimos que ir rápido ya que llegaban al día siguiente y yo no me veía con
fuerzas suficientes para atender y sobre todo amarlos; el “hombre viejo” (que
San Pablo dice que todos llevamos dentro), me pasaba factura. Sabían que no me
encontraba bien, pero daba igual: venían lo mismo. Hasta mi marido parecía no
entender las prioridades; pero como pude, triunfó la Palabra de vida: el amar
al otro olvidando lo propio, ser Jesús y no hacerles pesar en ningún momento mi
limitación.
Otro
momento especial ha sido el intenso calor que hace también aquí y con
el problema de que la luz saltaba al conectar el aire... así hemos
estado unos diez días, (o más), sofocados por el calor hasta que los
electricistas y la compañía han venido para solucionarlo, pero la famosa
jaculatoria (“sagrado Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, ¡ruega por
nosotros!”) en tu experiencia me recordaba que era una ocasión única para no
desfallecer: “Corazón por corazón”.
Ahora ya
ha venido otra “tanda” de familiares... y a seguir amando, ofreciendo cada
cosa "por Ti, Jesús", me ayuda a salir victoriosa sabiendo
que Él ha vencido al mundo. No siempre lo logro, pero rectifico, amo a Jesús Abandonado
y me vuelvo a colocar en mi rayo de sol en mi voluntad de Dios…”
3.- “…muchas gracias, Paco, por compartir estas preciosas experiencias.
Yo estoy en una situación similar con
mis padres, este año no voy a poder tener unos días de vacaciones tan
necesarias, pero sigo contenta de poder amar a mis padres en estos momentos tan
desvalidos de sus vidas.
Te deseo un buena
Mariápolis; yo ofrezco cada dificultad por su fruto…”
Si quieres leer más experiencias
similares,
de gente de todo el mundo,
N.B.: tú también
puedes compartir las experiencias que, por gracia de Dios, hayas podido
realizar poniendo en práctica el Evangelio; “pincha” aquí abajo en
“comentarios” y escríbela; o, dado que en algunos navegadores eso no funciona,
mándamela por correo-e.
Buenas tardes Paco: te mandamos un abrazo enorme desde Cádiz y desde aquí mandamos oraciones para tu padre y para toda tu familia. Personalmente tu padre y tu madre han sido, (como para muchos cristianos en Villarrobledo), un referente de lo que es hacer presente a Cristo en el matrimonio, en los hijos y en toda la Iglesia. Desde esta familia ... todo nuestro amor.
ResponderEliminarCuentas con nuestra oración. Vuestro padre es un regalo de Dios para muchos (entre los que me incluyo). La Paz.
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