VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de MARZO
Alguna de mis
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de marzo («Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo», Lc 6, 36) y la de febrero («Busca
la paz y anda tras ella», Sal 34,
15):
1.- Nada más concluir los 9 días
rezando al Señor por intercesión de Chiara Lubich, esa misma noche mi madre ha
empezado, ¡por fin!, a dormir un número de horas prudenciales (después de 20
días sin poder, tras estos 2 meses de “bajón” en su salud). La familia y los
amigos no hemos parado de dar gracias a Dios “compasivo y misericordioso”.
Mañana lunes mi madre irá
al médico: esperemos que le rebaje esa medicación tan fortísima que le tenía
puesta para descansar (a pesar de la cual, ella no dormía).
En las últimas 5 semanas, he
ido 4 a pasar el lunes (mi día “libre”) allí al pueblo para cuidarla y tratar
de quitar a mi hermana al menos esas 2 noches, de domingo y lunes (aunque luego
tenía yo que salir de allí a las 6:00 a.m. para llegar a confesar y celebrar la
Misa aquí): mi hermana, (aunque no lo mostraba), debía estar más cansada que
yo, pero era bonita esa “competición” mutua pensando en que el otro durmiera
y/o descansara, y pendientes de mi madre.
2.- Estos días ante pequeñas cosas
que en mi opinión alguien no hacía bien, me acordaba de la PdV y eliminaba
dentro de mí tanto el juicio sobre esa persona como el pensar en excusarme luego
echándole la culpa si otro se percatara.
A veces, incluso,
(efectivamente), algún otro se daba cuenta del detalle no bien hecho, (eran
cosas sin importancia), y luego me lo decía, pero (de nuevo me venía la PdV
ante la tentación de unirme a la crítica) yo excusaba a la otra persona, alguna
vez incluso diciendo: “aunque lo tenía yo preparado y se lo confié, yo mismo
podría haber estado mucho más atento, y se lo podría haber sugerido, y así todo
hubiera salido perfecto”.
Alguna de vuestras
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de marzo («Sed compasivos, como vuestro Padre es
compasivo», Lc 6, 36),
la de febrero («Busca la paz y anda tras ella», Sal 34, 15) y la de enero («Justicia, solo justicia has de buscar»,
Dt 16, 20):
1.- “…gracias, Paco, por tu fidelidad en
ayudarnos a vivir la PdV, también por el nuevo empuje a mitad de mes: así ha
sido para mí hoy cuando he leído tu correo “…renovar la
intensidad de vivir la Palabra”.
El
comentario de la de este mes, me resultó muy comprometido y me propuse “reconstruir vínculos agrietados…”.
Llevaba varios días pensando en una persona concreta a la que, al menos, podría
escribirle un correo para tratar de sanar algunas heridas, pero no llegaba a
hacerlo y hace un rato que acabo de enviárselo.
1b.- La
PdV de febrero me ha ayudado mucho. Hace tiempo que busco la paz, pero la
verdad es que ha sido un mes con muchos imprevistos y para andar tras ella,
algunas veces, he tenido que hacer un gran esfuerzo para que “no se me escapara”.
No siempre lo he conseguido, pero sí la he experimentado en muchos momentos
como un don de Dios.
Recuerdo un día que estaba en la cocina con prisas,
sentía que estaba agitada, ese día no había tenido ni unos minutos de oración y
de pronto sentí fuerte que sin Él no existe la verdadera paz. Paré todo y
estuve un rato repitiéndole a Jesús que sólo quiero hacer su voluntad y no
tantas cosas que a mí me parecen urgentes. Fue un auténtico regalo suyo la
serenidad que recobré y luego todo fue mucho más sencillo.
Así
Él me va indicando el camino para amar a los demás.
Por ejemplo, sé que el hijo de una amiga tiene
problemas con una asignatura en el Instituto y me ofrezco para darle algunas
pautas. Vive lejos de mi domicilio y, como él no tiene mucho interés, me
desplazo yo a su casa dos veces. Se va creando una bonita relación y para la
tercera cita, él dice que viene a mi casa. Fue una alegría experimentar que
también él ponía su parte.
Gracias de nuevo, Paco, y a todos los que compartís
vuestras experiencias.”
2.- “…gracias por el bien que haces con esta Palabra de Vida.
He decidido que me voy a dejar pequeños “recordatorios” en mi día a día para
intentar vivirla en mis situaciones cotidianas y que no se me olvide...
Aunque nunca escriba, no dejo de leerte, Paco.
Encomiéndame, por favor. Yo también te encomiendo.
Ánimo con tu madre, ojalá duerma pronto de un tirón…”
3.- “…gracias a tus crónicas, siempre estoy al tanto… Te cuento
novedades en la nuestra.
En verano ya estaremos viviendo de nuevo en España:
a mi marido le han traído de vuelta…, así que muy contentos por el regreso.
Echábamos de menos el sol y nuestra gente.
Mientras tanto mi marido viene y va…
Estoy deseando llegar y apuntarme a algunos
Ejercicio Espirituales o participar en algo en Las Matas. Ya tendremos tiempo
de vernos.
Cuando tengas tiempo y te acuerdes, pasa por la
capilla de Luminosa y le pides por mí:
…me operan… y confío en que todo salga bien y el resto de pruebas
descarten otros problemas. Antes de tener a una de mis hijas, yo le pedí a
Luminosa por ese embarazo y aquí está desde hace casi 10 años. No me ha
sorprendido nada lo que cuentas de la pareja que por la intercesión de ella
haya tenido un hijo: yo le pedí y vino. Maravilloso. Además, es la niña más
dulce y alegre que se puede tener. Un profesor me dijo simplemente: “She
is a light” (“Ella es luz”). Y me recuerda mucho a Luminosa.
Bueno, Paco… nos veremos pronto! Con ganas de
volver a la Mariápolis y participar en la comunidad!…”
Si quieres leer
más experiencias similares,
de gente de
todo el mundo,
N.B.: tú también puedes compartir las experiencias
que, por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica el Evangelio;
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o, dado que en algunos navegadores eso no funciona,