Te ofrezco unos textos que nos ayuden a profundizar e intensificar la vivencia de la Palabra de mayo («Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor», 1 Jn 4, 8):
EL ESPÍRITU SANTO
NOS LLEVA A DIOS
…es precisamente el Espíritu
Santo quien te dice: "Ama a Jesús en los hermanos, ama a Jesús en el
sagrario, ama a Jesús en la jerarquía (de la Iglesia), ama a Jesús en los pobres".
Por consiguiente, crecerá tu amor por Jesús.
Del mismo modo, el Espíritu
Santo, que es el “esposo” místico de María -como dice el Papa (Juan Pablo II): “el
esposo místico de María es el Espíritu Santo”- te revelará a María, la belleza
de María. ¿Sabéis por qué? Porque la belleza de María es Él, es el Espíritu
Santo. Ella está llena de Espíritu Santo, estaba acostumbrada a su acción.
Él descendió en la Anunciación y
después descendió al Cenáculo y Ella
estaba allí. Estaba presente la primera y la segunda vez. Él es su belleza, Él
es su esplendor.
Entonces, el Espíritu Santo os
conducirá, sin duda, a esa unión… después a esa unión realmente íntima,
sentida, porque el Ideal -que es el Espíritu Santo- la lleva a amar, a amar a los
hermanos, y por consiguiente se encontrará después, en lo íntimo, la unión con
Jesús.
Además, será también el Espíritu
Santo quien la conducirá al amor al Padre, a amar al Padre; porque el Espíritu
Santo es el alma de cada oración nuestra, de cada una de nuestras plegarias a
Dios. Cuando sentimos deseos de unirnos un poco con Dios, incluso mediante una
oración vocal normal, Él nos ayuda, nos motiva. Y la Escritura dice también que
Él reza con nosotros, junto con nosotros. Él nos hace decir: “Padre”, porque Él
ha hecho de manera que en nosotros esté Jesús y por eso, como está Jesús en
nosotros, somos hijos -con Jesús Hijo- hijos del Padre y lo llamamos Padre.
Pero todo es obra del Espíritu Santo...
CHIARA LUBICH, A
los focolarinos/as externos, Castel Gandolfo, 24 de diciembre de 1989
LLENARSE DE AMOR DE DIOS
El amor de Dios no puede llenar
un corazón que ya está lleno de otras cosas. Por lo tanto, para llenarnos,
primero debemos vaciarnos.
Vaciarnos de todo lo que no sea
amor: del odio, del rencor, del sentimiento de venganza, de la envidia;
vaciarnos de los juicios y prejuicios.
Podemos vaciarnos incluso de
cosas que nos parecen buenas, o al menos no nos parecen malas, pero que pueden
ocupar el lugar de Dios en nuestro corazón.
Completamente vacíos de nosotros
mismos, comencemos por cultivar el deseo de amar: amar a Dios y amar al
prójimo. Después del deseo viene la acción, los gestos concretos.
Cuando menos lo esperemos,
nuestro corazón estará lleno del amor de Dios.
APOLONIO CARVALHO, Comentario al Pasapalabra diario 3 mayo 2024
QUIEN AMA ES LIBRE
Las
penas de la vida pueden encerrar a una persona, mientras que el amor la libera.
Una sesión de yoga no enseñará a un corazón a "sentir" la paternidad
de Dios, ni un curso de espiritualidad zen lo hará más libre para amar. Todo
esto nunca podrá darte la libertad de un niño. Sólo el Espíritu Santo tiene
este poder. Es sólo el Espíritu Santo quien mueve tu corazón a decir 'Padre'...
PAPA FRANCISCO, Homilía de la Misa matinal, Casa
Sta. Marta, 25 enero 2015
FAVORECER LA COMUNIÓN
El deseo de comunión surge
espontáneamente en el corazón de quien ama. La comunión es fruto del amor y,
antes de concretarse en acciones, fue respeto, tolerancia y diálogo. Esa es la
lógica del amor mutuo.
La comunión no es una donación
caritativa, es compartir lo que somos y lo que tenemos. A veces es dar y otras
veces recibir.
Cuando lo practica un grupo de
personas, el mundo que los rodea observa y dice: "¡Mira cómo se aman!".
Comunión: de bienes materiales,
de dones espirituales, de ideas, de conocimientos, de necesidades, de sueños.
¡Comunión total! Siempre que sea
fruto de un amor recíproco visible y apasionante, que anime a todos a
practicarlo.
APOLONIO CARVALHO, Comentario al Pasapalabra diario, 1 mayo 2024
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