VIDA DE LA PALABRA mes de julio
1.- Ha habido múltiples oportunidades de “vasos de agua
fresca” a lo largo de todo el mes. Tendría que haberlas apuntado cada día, pues
me llenaban de sencilla alegría. O al menos haberlas recontado para ver si cada
día superaba el record, (como hacía santa Clara de Asís usando piedrecitas en
un bote o garbanzos).
Trato
de recordar algunas:
Todas
las mañanas que he estado en la parroquia, (después de la primera oración y
abrir las ventanas de mi casa), antes de arreglarme y desayunar, bajaba rápido
a abrir todas las puertas y ventanas del templo y de todos los salones
parroquiales, para que corriera el aire menos caliente y así cuando llegara la
gente a Misa de 10:00 esas 3 horas hubieran rebajado el calor embolsado.
1b.- Por las mañanas antes de desayunar todos los días he
estado haciendo distintas tareas de limpieza hogareña. El par de veces que
tocaba la entrada y el pasillo, al limpiar el felpudo de mi puerta y el descansillo,
también lo hice con los del compañero, (aunque de primeras me había venido la
tentación de no hacerlo por la premura de tiempo).
1c.- Hemos empezado un nuevo voluntariado parroquial en
una residencia de ancianos yendo a estar con ellos y, además, una de las tardes
al mes ayudarles a rezar el rosario y otra de las mañanas al mes ayudarles a un
rato de oración. El primer día fui yo también y antes del rosario traté de
conocerles por su nombre y procedencia, apreciar cada una de sus arruguitas
como experiencia de vida y sabiduría, hacer que se involucren con peticiones y
una canción para cada misterio, etc.
1d.- Al día siguiente de la boda de mi sobrino, después
del paseo matutino en mi pueblo haciendo ejercicio (en el que además aprovecho
para ir rezando el rosario y para ir a saludar a Jesús en el sagrario en el
Santuario de la Virgen de la Caridad), al emprender el regreso vi que subía por
el bonito paseo de la Virgen un hombre con una gran mochila que serenamente iba
recogiendo bolsas y botes de bebida tirados en el césped o en medio del paseo. Me
admiré y alabé a Dios por la bondad de este hombre. Y de pronto me di cuenta que
yo podría hacer lo mismo, aunque me daba un poco de asco y tenía ya prisa. Al
menos aproveché mi recorrido de regreso recogiendo lo que podía y tirándolo a las
papeleras.
Alguna de vuestras
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de julio («Todo aquel que dé de beber tan
solo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os
aseguro que no perderá su recompensa», Mt 10, 42), la de junio («Alegraos, sed perfectos, animaos; tened un
mismo sentir; vivid en paz, y el Dios de la caridad y de la paz estará con
vosotros», 2 Co 13, 11) y la de mayo («Amaos cordialmente unos a otros; que cada
cual estime a los otros más que a sí mismo», Rm 12,
10):
1.- “…vamos adelante tratando de
ver el amor de Dios en cada momento. Yo sigo con mis tratamientos lo mejor que
puedo y trato de cuidar a mi marido, pues después de estos casi 3 años de
cuidarme él, ahora me toca cuidarle pues le han pasado factura y está algo
regular. Y juntos tratamos de decir: “Si Tú lo quieres, yo también!!!”…”.
2.- “… he realizado varias experiencias
sobre la PdV, pero una muy literal: he formando parte de tribunal para una tesis y compré unos
botellines de agua fresca para cada uno de los tres profesores y también para
la alumna: se quedaron agradablemente sorprendidos todos…”.
Si quieres leer
más experiencias similares,
de gente de
todo el mundo,
puedes
encontrarlas “pinchando” AQUÍ
o AQUÍ o
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