jueves, 16 de abril de 2020

RESURRECCIÓN PERENNE: CRISTO VIVE HOY

Aquí tienes unos textos que nos ayuden a vivir más y mejor la cincuentena Pascual y la Palabra del mes de abril («Dichosos los que no han visto y han creído», Jn 20, 29): 


CAMINO HACIA LA LUZ

…Este año Jesús, en su paso de la muerte a una vida completamente nueva, nos cuestiona y nos encuentra a la escucha.
Pero precisamente aquí es donde la fe y nuestro carisma vienen en nuestra ayuda: en Jesús crucificado y abandonado –el Dios de este presente que no comprendemos– encontramos la respuesta. Incluso la soledad, en la que tal vez ahora nos vemos obligados a vivir, si la vivimos con Él, “puede poblarse y llenarse con su Reino” (Ch. Lubich).
Solo eligiéndolo, abrazándolo en cada dolor y amándolo de manera exclusiva, nosotros y toda la humanidad encontraremos el camino hacia la luz, hacia un nuevo nacimiento.
¡JESÚS HA RESUCITADO! Hagamos esta experiencia de pasar continuamente de la muerte a la resurrección y propongámosla a muchos, a todos.
Así nos preparamos para el mañana y ponemos bases sólidas al mundo que será después, cuando volvamos a encontrarnos y abrazarnos personalmente. ¡FELIZ PASCUA!

MARÍA (“EMMAUS”) VOCE (presidenta del movimiento de los Focolares)
Felicitación Pascual 2020




SABOREAR LA PRESENCIA DEL RESUCITADO

…Y, finalmente: Domingo de Pascua. Es el triunfo de Jesús resucitado que conocemos y revivimos también en nosotros en pequeño, personalmente después de haber abrazado el abandono, o cuando unidos de verdad en su nombre, experimentamos los efectos de su vida, los frutos de su Espíritu.
El Resucitado debe estar siempre presente y vivo en nosotros en este año… en el que el mundo espera no solo personas que crean y lo amen en cierta medida, sino testigos auténticos que puedan decir de verdad, como la Magdalena a los apóstoles después de haberlo encontrado junto a la tumba, aquellas palabras que conocemos, pero que son siempre nuevas: “¡Lo hemos visto!”. Sí, lo hemos descubierto en la luz con la que nos ha iluminado; lo hemos palpado en la paz que nos ha infundido; hemos oído Su voz en el fondo del corazón; hemos saboreado su alegría incomparable…

CHIARA LUBICH (conferencia telefónica, Conexión CH, Castel Gandolfo, 20 de abril de 2000). Cfr. “Las cuatro palabras”, en: CHIARA LUBICH, Unidos hacia el Padre, Ciudad Nueva, Madrid 2005, pp. 22-25.
Puedes leer todo “pinchando” aquí mensaje entero “Las 4 palabras”  




SEMILLA DE LA ESPERANZA

…las mujeres fueron al sepulcro… Como nosotros, tenían en los ojos el drama del sufrimiento, de una tragedia inesperada que se les vino encima demasiado rápido. Vieron la muerte y tenían la muerte en el corazón. Al dolor se unía el miedo, ¿tendrían también ellas el mismo fin que el Maestro? Y después, la inquietud por el futuro, quedaba todo por reconstruir. La memoria herida, la esperanza sofocada. Para ellas, como para nosotros, era la hora más oscura.
Pero en esta situación las mujeres no se quedaron paralizadas, no cedieron a las fuerzas oscuras de la lamentación y del remordimiento, no se encerraron en el pesimismo, no huyeron de la realidad. Realizaron algo sencillo y extraordinario: prepararon en sus casas los perfumes para el cuerpo de Jesús. No renunciaron al amor: la misericordia iluminó la oscuridad del corazón. La Virgen, en el sábado, día que le sería dedicado, rezaba y esperaba. En el desafío del dolor, confiaba en el Señor. Sin saberlo, esas mujeres preparaban en la oscuridad de aquel sábado el amanecer del «primer día de la semana», día que cambiaría la historia. Jesús, como semilla en la tierra, estaba por hacer germinar en el mundo una vida nueva; y las mujeres, con la oración y el amor, ayudaban a que floreciera la esperanza...
… Y después encontraron a Jesús, el autor de la esperanza, que confirmó el anuncio y les dijo: «No temáis» (v. 10). No temáis, no tengáis miedoHe aquí el anuncio de la esperanza. Que es también para nosotros, hoy...
En esta noche conquistamos un derecho fundamental, que no nos será arrebatado: el derecho a la esperanza; es una esperanza nueva, viva, que viene de Dios. No es un mero optimismoLa esperanza de Jesús es distinta, infunde en el corazón la certeza de que Dios conduce todo hacia el bien, porque incluso hace salir de la tumba la vida...
Podemos y debemos esperar, porque Dios es fiel, no nos ha dejado solos, nos ha visitado y ha venido en cada situación: en el dolor, en la angustia y en la muerte. Su luz iluminó la oscuridad del sepulcro, y hoy quiere llegar a los rincones más oscuros de la vida. Hermana, hermano, aunque en el corazón hayas sepultado la esperanza, no te rindas: Dios es más grande. La oscuridad y la muerte no tienen la última palabra. Ánimo, con Dios nada está perdido.
…Contigo, Señor, seremos probados, pero no turbados. Y, a pesar de la tristeza que podamos albergar, sentiremos que debemos esperar, porque contigo la cruz florece en resurrección, porque Tú estás con nosotros en la oscuridad de nuestras noches, eres certeza en nuestras incertidumbres, Palabra en nuestros silencios, y nada podrá nunca robarnos el amor que nos tienes.
…acordarnos de que hemos sido amados y llamados por Dios… Necesitamos retomar el camino…
el anuncio de la esperanza no se tiene que confinar en nuestros recintos sagrados, sino que hay que llevarlo a todos. Porque todos necesitan ser reconfortados y, si no lo hacemos nosotros, que hemos palpado con nuestras manos «el Verbo de la vida» (1 Jn 1,1), ¿quién lo hará? Qué hermoso es ser cristianos que consuelan, que llevan las cargas de los demás, que animan, que son mensajeros de vida en tiempos de muerte. Llevemos el canto de la vida…
…le damos la espalda a la muerte y te abrimos el corazón a Ti, que eres la Vida.

PAPA FRANCISCO, Homilía en la Vigilia Pascual en la Noche Santa, 11 abril 2020
Puedes leer todo “pinchando” aquí homilía entera




DESCUBRIR LA PRESENCIA DE DIOS EN MEDIO DE NOSOTROS

Ha tenido que cesar el ruido y hacerse oscura la noche para obligarme a "volver a casa", al corazón. "Dios estaba dentro de mí, y yo fuera". Ahora sí, en su presencia, con los ojos limpios, veo cómo se manifiesta su Amor entre nosotros.
Para que el amor sea "luz en el sendero", claridades y apagones nos van enseñando a sanarlo y purificarlo. Pero mejor no aprenderlo solos. Que es "más Luz" el amor cuando con humillad nos abrimos y comunicamos recíprocamente.

P. MANUEL MORALES, O.S.A, Comentario al Pasapalabra diario del viernes 17 abril





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