VIDA DE LA PALABRA últimas semanas de octubre
Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando
de practicar la Palabra de Vida de octubre («En esto conocerán todos que sois
discípulos míos: si os amáis unos a otros», Jn 13, 35) y la de septiembre («Amarás a tu prójimo como a ti mismo»,
Mc 12, 31):
1.- La PdV
de octubre, (junto con la fe y la esperanza en la vida eterna, la misericordia
de Dios y la resurrección de la carne), nos ha guiado también al preparar la
Misa funeral por mi padre en Las Matas: desde decidir la familia si hacíamos o
no recordatorio (y cómo) para agradecer las oraciones, con la comunidad del
movimiento fijar fecha, preparar las sillas, los cantos…, el ponernos de
acuerdo para acoger y hacer que se sintiera en familia todo el que viniere, la
colaboración y participación de los amigos, etc. Todos escuchando a cada uno,
sabiendo perder la propia idea para acoger la del otro, pensando qué agradaría
más a Dios y a todos, etc.
Participó
mucha gente a pesar de ser viernes por la tarde. Al finalizar, todos salían con
serenidad y sonrisa en el rostro y la mirada, agradeciendo el haber podido
participar;
muchos decían que se encontraban como en su casa (incluso los que
habían ido por primera vez al Centro Mariápolis) y que en la celebración se
“respiraba” un “clima” especial, etc.
“Me encantaron
algunas de las cosas que dijiste. Fue un aprendizaje estupendo...”, “fue muy entrañable; me gustó mucho cuánto
cariño. La verdad q fue maravilloso escuchar lo q queréis a vuestro padre; me
gustó muchísimo”: estas y otras expresiones de muchos, la cordialidad que
se creó entre unos y otros aunque no se hubieran visto antes, el conocer el
Centro Mariápolis y la capilla... esperamos y era el objetivo (junto con rezar
y ofrecer por mi padre) que “en esto
conocerán…” (como pide la PdV del mes), porque “donde dos o más… allí estoy Yo en medio…” y así “…para que el mundo crea…”, o como siempre
repite mi madre (que vino) hasta en la cosa más pequeña (tanto antes, como
después si sale bien para que no seamos unos “creidos”): “que todo sirva solo para gloria de Dios”.
2.- Copio
aquí lo que mi hermano puso el martes en su “muro” de facebook, porque yo también lo comparto y me refleja plenamente: «Mañana mi papá cumpliría 78 años... pero como sabéis,
hace 18 días que su parkinson dijo: "¡Paco, hasta aquí hemos llegao!"
Qué dura ha sido su
enfermedad, qué bonica ha sido su vida tan llena, qué momentos tan plenos de fe
y de paz hemos vivido toda su familia y amigos estas últimas semanas... No me
canso de dar gracias a Dios por su vida y porque me transmitió su fe con ella.
Creo que la muerte no
es el final. Como cristiano católico, mi padre me enseñó a Esperar en la
Resurrección y en la Vida eterna. Así que, vivo absolutamente convencido de que
ahora seguiremos disfrutando de su cariño siempre, convencido de que nos
cuidará ahora mejor que nunca, ... Convencido de que ya estará organizando
"alguna movida" con toda la gente que se haya encontrado allí arriba
para ver de qué manera pueden acercar a todo el mundo a Dios.
De grande me gustaría
poder ser, por lo menos, un poquito como él…»
Estamos serenos, con paz; con plena confianza en
Dios. Como añade mi madre: "Felices, (lo cual no excluye alguna lagrimilla
de vez en cuando)".
Algunas de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de practicar tratando de llevar a la vida diaria la Palabra de octubre («En
esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros», Jn
13, 35) y la de septiembre («Amarás a tu prójimo como a ti mismo»,
Mc 12, 31):
1.- “…hemos
traído de nuestro país a vivir con nosotros al hijo de unos buenos amigos, para
que pueda formarse bien aquí en el instituto, dado que allí la educación está
cada vez peor y la situación social es más complicada a cada momento. También a
mi prima, a la que en seguida le he encontrado trabajo. Así que, de 4, ahora hemos pasado a ser 6
en casa, lo cual supone un cambio total, empezando por las mañanas: los voy
llevando a todos a sus respectivos sitios, (como has comprobado las veces que
te he recogido después de llevar a la peque a su guardería)…”
2.- “…cuando
puedas, celebras misa por el padre de un amigo mejicano. Ya te daré el
estipendio cuando nos veamos. Su nombre: … Sabes que tengo costumbre de
encargarte una Misa en sufragio cuando alguien cercano fallece. Es el mejor
"regalo" que le puedo hacer como "nacimiento" a la otra
vida... ¡¡la verdadera!! Y lo hago aunque a veces ni conozca a la persona,
(pero sí a alguien cercano a ella), como en este caso.
¡¡Y tu padre no iba a ser menos!! Ya
sé que teniéndote a ti de hijo tendrá muchísimas... pero no por ello voy a
dejar de encargarte de nuestra parte que celebres una por él…”
3.- “…el otro día
tenía una reunión de trabajo bastante importante a la que no podía asistir y
había preparado todo minuciosamente. Una persona que había tenido alguna
relación con el asunto a tratar quería participar, aunque el resto no lo
consideraban oportuno. Es una persona algo “especial”... y tal vez podía
perjudicar nuestra postura en la reunión. Sabía que le dolería si le decía que
no estuviera. Me agobié, porque cualquier decisión que tomara molestaría a
alguno; así que cogí el Rosario y le pedí a la Virgen no por el éxito de la
reunión, sino para que ninguno se molestase. Al poco recibí un whastapp
diciéndome que esa persona asistió, pero que todo se desarrolló amigablemente.
Estoy seguro que fue Ella!!…”
4.- “…todo bien, gracias al Dios... este embarazo ha sido un regalo, ha
ido todo bastante bien, excepto que ahora al final… pero estoy controlada.
Durante
este embarazo, mi marido y yo hemos vivido en la fe, creyendo en la providencia
del Padre para todo: y se ha ido cumpliendo. Es muy especial, porque nos hemos
relajado al entregar nuestra salud, nuestro trabajo y nuestros hijos, confiando
en que cada momento lo va a decidir Dios. El bebé se va a llamar Daniel (=”Dios
es mi juez”). Gracias por acordarte, a pesar del sensible momento por el que
estas pasando. En cuanto llegue
el bebé, te avisaremos… y ya te dijimos que estás invitado a venir para
bautizarlo…”
5.- “…hace unas semanas una abuela me contaba con orgullo que a su nieta le
habían felicitado en el colegio por una oración que ella, por teléfono, le
había ido enseñando: "Fíjate, con lo larga que es y se la ha
aprendido", me contaba.
Pensando que lo que es
bueno para uno puede serlo para otros, le pedí que la escribiese...
Se
me quedó mirando, noté que dudaba: “no me atrevo, es que… ¿sabes?, no sé
escribir muy bien y tiene muchas faltas de ortografía”.
“Pero mujer, ¡eso no
importa!: lo importante es el mensaje”. Me ofrecí, pues, a ayudarla; pero no
estaba muy convencida, así que no insistí. A la semana siguiente, se me acercó
con la oración escrita: en verdad estaba llena de faltas, pero nada que no se
pudiese solucionar con una pequeña ayuda.
¡Cuánto talento habrá en
el mundo escondido por miedo! Es importantísimo, pues, estar atento a las
personas que tengamos cerca y ayudarlas a sacar lo mejor de sí, que a veces ni
siquiera son conscientes de que lo llevan dentro…”