domingo, 30 de junio de 2024

BUENA SEMILLA Y PACIENCIA

 VIDA DE LA PALABRA                        últimas semanas de JUNIO

 

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de junio («El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece», Mc 4, 26-27) y la de mayo («Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor», 1 Jn 4, 8):

1.-        Regresando yo de la ordenación de 3 sacerdotes en Madrid, me dirigía rápido hacia la Puerta del Sol para tomar el tren cercanías. Allí vi a un hombre que con su móvil en la mano y haciendo señas, iba tratando de pedirle a alguien que le hiciera una foto con la Puerta del Sol como fondo. Los pocos que le miraban, seguían andando sin hacerle caso.

Yo me percaté y, aunque a mí no me lo pidió, (quizá porque yo iba con el alzacuellos), por gestos me ofrecí a sacarle esa foto. Traté de encuadrarle mejor, para que se viera también la reproducción de la estatua ecuestre de Carlos III, pero no me entendió ni los gestos; me preocupé por si él pensaba que me alejaba un poco para quitarle su móvil, así que sin apartarme mucho se la hice lo mejor que pude.

Me hizo una seña de agradecimiento y traté de decirle que si quería le hacía otra, pero me contestó en francés sin haberme entendido.

Le pregunté de dónde provenía. Era marroquí. así que, le di las buenas tardes en árabe y sonrió muy sorprendido diciéndome a su vez “gracias”, (también en árabe). Le tendí la mano para saludarnos con un fuerte apretón y contento yo también seguí rápido hacia la escalera que bajaba al tren: llegué con tiempo de sobra.

 

2.-        En mi anterior etapa aquí en Las Matas, todos los laborables subía andando a la estación de cercanías y allí tomaba el tren hacia Madrid. Como recuerdan los que entonces me conocían, yo iba saludando a la gente, (pinchando a continuacion, tienes un artículo al respecto, que escribieron por aquel entonces y gustó mucho).

            Hará más de 15 años, saludé a una joven en la estación y, aunque algo distante, alguna que otra vez subíamos juntos al tren charlando: ella estaba molesta con Dios porque su padre había fallecido hacía ya unos 9 años. Cuando meses después se iba a casar, le hice un pequeño regalo. Después fuimos coincidiendo menos, pero siempre la saludaba con mucha alegría y respeto. Empecé a mandarle este correo-e. con la Palabra de Vida. Quizá con el tiempo dejaría de recibirla, pero he continuado felicitándole cada año en octubre el día de su santo.

            Llevo ya casi 3 años en esta nueva etapa en Las Matas y, para mi sorpresa, un domingo allá por marzo pasado me la encuentro a la salida de Misa entre tanta gente a la que voy saludando. De primeras me sonaba la cara. Pero solo al domingo siguiente caí en la cuenta quién era y ya me vino espontáneo su nombre; por lo visto, llevaba ya varias semanas participando cada domingo con una amiga suya.

Desde ese día nos saludamos muy brevemente cada domingo con más alegría.

El día en que la Palabra de Vida de junio era la segunda lectura de la Misa, (precisamente: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece»), dado que comenté en la homilía que se publicaba en una hojita, me la pidieron al salir. Les ofrecí además enviársela con las experiencias por correo-e.: les mandé primero una atrasada y días después ya la de junio. Han contestado cada una agradecidas, compartiendo alguna vivencia.

 

2b.-     También de aquella misma etapa, pero 6 ó 7 años después, (allá por 2012), saludé a una señora aquí en el andén. Desde entonces la vi a menudo. Charlábamos animadamente, pero al subir al tren ella se iba sola hacia el fondo del convoy, pues le gustaba aprovechar el viaje para leer u otras cosas. Tampoco sabía yo deducir si era una persona muy religiosa o no. No obstante, con el tiempo también le ofrecí enviarle periódicamente la PdV por correo-e. y aceptó.

Perdimos el contacto cuando fui trasladado a Villalba y dejé el tren, pero seguí enviándole, además de la PdV, un correo-e. de felicitación por su santo y su cumple casi todos los años.

            Me la encontré aquí en la Parroquia hará casi un año, con su salud muy deteriorada, aunque no es mayor. Nos da alegría, también porque voy viendo en ella una persona de fe y vivencia profundas, además de muy inteligente y trabajadora.

Desde hace meses viene casi todos los domingos, (y a veces entre semana), a pesar de su gran dificultad de movilidad y equilibrio. A finales de mayo, (dos días antes de empezar la PdV «El Reino de Dios… de noche o de día, el grano brota y crece»), tuvimos una conversación larga y descubrí con sorpresa su agradecimiento por aquellas conversaciones de hace años y que algunas de las cosas que yo le comenté le han servido de mucha luz desde entonces, así que juntos dimos gracias y alabanza a Dios.

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de junio («El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece», Mc 4, 26-27), la de mayo («Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor», 1 Jn 4, 8) y la de abril («Los apóstoles daban testimonio con gran poder de la resurrección del Señor Jesús. Y gozaban todos de gran simpatía», Hch 4, 33): 

1.-       tenemos bueni-malas noticias. El bebé que estábamos esperando, ahora nos espera a nosotros en el cielo.

La semana pasada, (semana 8 de embarazo), me hicieron una ecografía de urgencia pq  tuve una reacción alérgica y querían revisar cómo estaba todo. Vieron al embrión sin latido: podía deberse a ser tan pequeño. Hoy, 9 días después, me han repetido la ecografía y sigue sin latido y no ha crecido nada. "El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó: ¡bendito sea el nombre del Señor!".

Ya lo hemos decidido: el angelito que tenemos en el cielo, se llama Azucena. Es el nombre que nos rondaba la cabeza desde que me quedé embarazada.

 

2.-        “millones de gracias por tus correos. Los leo y los leeré porque todo esto ayuda mucho en el día a día. A mí, volver a misa y escuchar vuestras palabras cada domingo me da paz y me ayuda a poder enfrentarme a la semana con más valor y ánimo. También te ayuda a ser un poquito mejor con los demás y con uno mismo.

 

3.-        “acabo de leer el testimonio en la PdV de junio, que dice "creo que puedo amar un poco más" y... sí, amo..., saco fuerzas para acercarme a quien ha estado en mi vida como si fuera mi hijo y, (por motivos que no llego a comprender, pero que tengo que aceptar), dejó de hablarme. Le llamo y al no coger el móvil, dejo un mensaje, disculpándome y pidiéndole perdón, por si le hubiese ofendido. Me ha respondido que sí lo ha oído y, sin más, continúa hablando como si no hubiera pasado nada y sin hacer ningún comentario... Espero que se abra una nueva etapa.

 

4.-        “gracias por los correos: los he leído y me parece que tener presente durante el mes LA PALABRA DE VIDA nos hace ser más conscientes de los actos y de las palabras que al final se convierten en propósitos y en intenciones y que nos hace buscar nuestra mejor versión para nosotros mismos, para nuestras familias, amigos, personas que nos encontramos en nuestro día a día. Nuestros actos cobran sentido y dejan de ser movimientos automáticos para convertirse en momentos especiales con un significado y un fondo.

 

 

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