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CONFIAR EN DIOS
[...] incluso sabiendo que Dios es Amor, a menudo
vivimos como estuviéramos solos sobre esta tierra, como si no
existiera un Padre que nos ama y
nos sigue; que conoce todo de nosotros, ¡cuenta hasta los cabellos de nuestra
cabeza!; que todo lo hace concurrir a nuestro bien: lo que de bueno hacemos y
las pruebas que pasamos.
Deberíamos
poder repetir, como si fueran nuestras, las palabras del y nosotros hemos creído en el amor”
evangelista Juan: “…
Creer, en efecto, es sentirse observados y amados por Dios, es
saber que cada oración que hagamos, cada palabra, cada movimiento, cada
acontecimiento triste o alegre o indiferente, cada enfermedad, todo, todo,
todo, desde las cosas que nosotros creemos importantes hasta las más
mínimas acciones o pensamientos o sentimientos, todo es observado por Dios. Y
si Dios es Amor,
la completa confianza en Él, no es más que la lógica consecuencia. Podemos tener entonces
aquella confianza que nos lleva a menudo a hablar con Él, a exponerle nuestras
cosas, nuestros propósitos, nuestros proyectos. Cada uno de nosotros
puede entregarse
a su amor, seguro de ser comprendido, confortado, ayudado. [...]
CHIARA
LUBICH, Confidare in Dio, Città Nuova 20 septiembre 2004
DESCUBRIR EL BIEN QUE HAY EN EL OTRO
[...] es una invitación
apremiante a reconocer
lo positivo del otro, al menos porque Cristo dio la vida también por
esa persona a la que me darían ganas de juzgar. Es una invitación a escuchar
desactivando los mecanismos defensivos, a permanecer abiertos al
cambio, a acoger la diversidad con respeto y amor, para llegar a formar una
comunidad plural y al mismo tiempo unida. [...]
FABIO CIARDI – Palabra de Vida, Febrero 2015
ANUNCIAR DE MANERA CONVINCENTE
El Espíritu Santo es el alma
de la Iglesia, con su fuerza vivificadora
y unificadora: de muchos hace un solo cuerpo, el Cuerpo Místico de Cristo. No cedamos nunca al pesimismo,
a esa amargura que el diablo nos presenta cada día; no cedamos al pesimismo y al desaliento: tengamos la firme certeza de que el Espíritu Santo da a la
Iglesia, con su poderoso aliento, el valor de perseverar y también el de buscar
nuevos métodos de evangelización para llevar el Evangelio hasta el confín de la
tierra (cf. Hch 1, 8). La verdad cristiana es
atractiva y persuasiva porque responde a la necesidad profunda de la existencia
humana, al anunciar de manera convincente que Cristo es el único Salvador
de todo el hombre y de todos los hombres. Este
anuncio sigue siendo válido hoy como lo fue al inicio del cristianismo, cuando
se produjo la primera gran expansión misionera del Evangelio.
Queridos hermanos: ¡Ánimo! La mitad de nosotros nos
encontramos ya en edad avanzada: la vejez es –así me gusta decirlo– la sede de
la sabiduría de la vida. Los viejos tienen la sabiduría que da el haber
caminado en la vida... Y precisamente esa sabiduría les permitió reconocer a Jesús. Trasmitamos esta sabiduría a los jóvenes: como el buen vino, que con el paso de los años se vuelve
aún mejor, transmitamos a los jóvenes la sabiduría de la vida.
PAPA FRANCISCO, Discurso
al Colegio Cardenalicio, 15 marzo 2013
LA META ES LA UNIDAD

Hace
falta estar atentos a la voz de tales mensajes, ya que la ocasión que Dios nos ofrece no debe ser
desperdiciada. Si la meta esperada y buscada por todos los hombres de buena
voluntad es la unidad, a todos nos toca, pero especialmente a
vosotros jóvenes, abrirnos hacia aquellos sentimientos y aquellas actitudes
que pueden promover la progresiva
afirmación. A todos, por tanto, se nos pide educar la propia conciencia a sentimientos
de respetuosa convivencia, de concordia, de fraternidad, ya que sin
ésta no es posible actuar un verdadero camino de unidad y paz.
S. JUAN PABLO II, A los
jóvenes reunidos en el Palaeur de Roma para el «Genfest 1990»,
31 marzo 1990
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